Horacio Guerra Marroquín: La tecnología conjugada a la ecología

La tecnología es una consecuencia de la naturaleza. El ordenador, el reloj y el coche no son, en cierto sentido, diferentes del hormiguero, la colmena y el dique de los castores. Cada uno de ellos son creaciones de criaturas. Horacio Guerra Marroquín indica que son modificaciones del entorno, que a su vez, modifican el entorno.
Si la ecología es “el estudio científico de las interacciones entre los organismos y su medio ambiente”, entonces una ecología tecnológica es el estudio de las interacciones de la tecnología con otras tecnologías, con los organismos y con el medio ambiente. Entonces, ¿por qué podría ser importante?
Una visión holística de la tecnología
Brian Arthur es un innovador pensador en tecnología. Aunque no se describa de esta manera, se podría decir que está a la vanguardia de la ecología tecnológica. Uno de los temas centrales de su libro, La Naturaleza de la Tecnología: Lo que es y cómo evoluciona, es que toda tecnología se compone de combinaciones de otros elementos tecnológicos. Horacio Guerra Marroquín dice que basta mirar dentro de un teléfono móvil para encontrar decenas de tecnologías de componentes, cada una de ellas posible gracias a innovaciones anteriores. Se trata de una vasta red de tecnologías relacionadas, algunas de las cuales remontan muy atrás en el tiempo.
En su libro, Arturo no usa el término “holón”, pero se adapta muy bien a sus ideas. Un holón es algo que es simultáneamente un todo y una parte. Su corazón es un órgano individual y es una parte integral de su cuerpo en general. Es un todo y es una parte. El corazón tiene sus propios componentes, cada uno reuniéndose como un todo emergente que es más que la suma de sus partes. Igual que un teléfono móvil.
El planeta cambia
Este vínculo vale la pena extenderse más allá de las industrias, los mercados y las economías y los ecosistemas de los que dependen según Horacio Guerra Marroquín.
Todas las tecnologías impactan su entorno de alguna manera. Sin embargo, es más obvio en la minería, la silvicultura, la agricultura y otras industrias de extracción de recursos, donde la tecnología literalmente da forma al planeta. Hace años, cuando uno viajaba en un avión, podía ver a través de la ventana rectángulos interminables de granjas. Ahora, son sobre todo círculos gracias al aumento de los sistemas de riego con pivote central.
Las primeras olas de nuestra escultura planetaria surgieron de la industrialización de las tecnologías de extracción y transporte: excavadoras, trenes de carga y cosechadoras gigantes. En la próxima ola, las tecnologías de automatización pasarán del sector manufacturero al sector de extracción de recursos. Nuevas tecnologías aparecerán como maquinaria agrícola de precisión automatizada y robots agrícolas, equipos forestales automatizados y tecnologías mineras automatizadas.
¿Qué futuro?
Hasta dónde llegaremos en la remodelación de nuestro planeta es realmente una suposición en este punto. Algunos dicen que ya hemos entrado en una nueva era geológica llamada Antropoceno, en la que la actividad humana es el factor dominante en la escultura del planeta. Según Horacio Guerra Marroquín, hay ejemplos tempranos de formas de vida que transformaron de manera similar el planeta. Hace unos dos o tres mil millones de años, las esteras microbianas cubrían la Tierra y generaban un volumen tan masivo de oxígeno como subproducto de su fotosíntesis que alteraron drásticamente la composición de la atmósfera del planeta a lo que es ahora.
Nosotros los humanos (todavía) no estamos operando a ese nivel, pero con el tiempo y el ritmo constante de la innovación, es posible. Veintiocho por ciento de la masa terrestre del planeta está cubierta de bosques, otro 21 por ciento son altas montañas, tundra y desiertos. No obstante, el 51 por ciento restante de la masa terrestre no cubierta de hielo de la Tierra ya está modificada por los seres humanos de las siguientes maneras:
Otra manera de ver el impacto humano en el planeta es separando los flujos naturales de materiales de los causados por las actividades humanas. Miremos un material como el plomo, por ejemplo. Alrededor de 332.000 toneladas son liberadas al medio ambiente cada año como resultado de la actividad humana. Estas cifras, se oponen a las 28.000 toneladas que ocurren a través de procesos naturales. Para un número creciente de materiales, ahora estamos escalando más allá de los ritmos naturales del planeta.
La naturaleza de la tecnología
La tecnología no es una máquina aislada que pueda ser perfectamente controlada. La tecnología está profundamente interconectada con otras tecnologías, con industrias, organizaciones, mercados, economías y con su entorno natural circundante.
Cuando no vemos esta última conexión, no vemos toda la complejidad del planeta tal como existe en el Antropoceno. ¿Es la tecnología realmente equivalente a un dique de castor o a una colmena? Realmente no importa. Lo que importa es que la tecnología está estructuralmente ligada a los sistemas naturales del planeta.
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