Categoría: Zoología

Red Ambiental: Como proteger la tortuga

Red Ambiental - La tortuga

Las tortugas hacen parte de los animales más reconocidos e icónicos. Los animales con caparazón y espina dorsal son mayoritariamente considerados como tortuga. Poco importa que se llame tortuga, tortuga de agua o tortuga terrestre. En el mundo existen 356 especies de tortugas en todos los continentes excepto en la Antártida. Estados Unidos tiene más especies que cualquier otro país con cerca de 62 actualmente reconocidas. Red Ambiental anuncia que México ocupa el segundo lugar con 49 especies.

De hecho, esto convierte a América del Norte en un hotspot mundial para la biodiversidad de las tortugas, especialmente en el sureste de Estados Unidos.

Desafortunadamente, las tortugas hacen parte del grupo principal de vertebrados (animales con espinas dorsales) más amenazado, con cerca del 60% de las tortugas modernas ya extintas o en peligro.

Las razones de su situación de deterioro incluyen la destrucción del hábitat y la sobreexplotación para el comercio de mascotas y como alimento. Las tortugas juegan un papel ecológico importante en su medio ambiente que disminuye a medida que sus poblaciones disminuyen. Debido a la longevidad de muchas especies de tortugas, se necesitan estudios a largo plazo para documentar los cambios en las poblaciones.

Antecedentes e Importancia

 

Los administradores de recursos están preocupados por la disminución del estatus de muchas de las especies de tortugas marinas del mundo. Especialmente aquellas que están incluidas en la lista de especies amenazadas o en peligro de extinción bajo la Ley de Especies Amenazadas. Además, muchas especies carecen de datos y no sabemos lo suficiente sobre su biología o abundancia. La investigación llevada a cabo por científicos del U. S. Geological Survey proporciona a los administradores de recursos información que les permite tomar decisiones bien informadas que afectan la conservación y el manejo de las tortugas.

 

Métodos generales para cuidar de la tortuga

 

Las técnicas varían según los objetivos de cada proyecto. Generalmente, las tortugas son capturadas en el campo y marcadas con muescas únicas y permanentes en su caparazón. Estas permiten a los investigadores identificar individuos en capturas posteriores para medir su crecimiento, movimientos, etc. Las tortugas son medidas y pesadas. El sexo se determina examinando la forma de la concha y el tamaño de la cola. En algunos estudios, algunas tortugas están equipadas con radiotransmisores que permiten a los científicos encontrarlas en visitas posteriores. En otros estudios, las hembras adultas son radiografiadas para determinar el tamaño de puesta, la frecuencia de puesta y la anchura del huevo. Red Ambiental indica que este método sirve para determinar el potencial reproductivo. Ocasionalmente se toman pequeñas muestras de sangre para obtener ADN usado para comparar diferencias genéticas entre poblaciones.

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Especies peligrosas del Amazonas

Red Ambiental - Especies letales

La gran biodiversidad del Amazonas supone una gran variedad de especies nocivas como letales. Nuestra red ambiental les presenta los animales más peligrosos de la selva Amazónica.

Categoría acuífera

 

Pese a la calidad de auto protección natural de los animales, hoy en día estos están mayoritariamente en extinción debido a la deforestación. En la selva amazónica, viven cerca de 16,000 especies de animales.

Las aguas del Amazonas abundan de riquezas tanto como de peligros. Red Ambiental, les presenta las especies más peligrosas del río.

Peces

 

  • Las pirañas: Esta especie ocupa toda la región amazónica. Debido a su abundancia, es considerada como uno de los peces más letales. Las pirañas de vientre rojo, grandes como la palma de una mano, atacan en masa para arrinconar a sus presas. Gracias a sus sentidos agudos (oído y olfato), son extremadamente aptos para cazar cualquier tipo de presa que caiga o nade en el agua. Sus dientes pueden arañar el acero y acabar con el cuerpo de una presa en minutos.

 

  • Tiburón toro o Gayarre: Comúnmente llamado tiburón sarda, es una especie capaz de adentrarse en zonas de agua dulce para cazar. Puede medir 3 metros y se alimenta de cualquier tipo de animal, incluyendo otros tiburones.

 

  • Raya de agua dulce: es una especie relativamente pacífica aunque si es molestada, contrataca con su arma más preciada: sus espinas. Recorre el fondo del Amazonas boca abajo para succionar gusanos, lapas y caracoles. Poseen pequeños dientes aunque su más grande defensa son las espinas venenosas en su cola.

Reptiles

 

  • Los caimanes: estos reptiles comen de todo, incluyendo a infantes de su propia especie. Alcanzando cerca de 5 metros, es el depredador más grande del río Amazonas. Bajo setenta dientes, su mordida puede alcanzar los 1.300 kilos. Aunque pocas veces atacan a los hombres, se sienten atraidos por la comida en nuestros hogares.

 

  • La anaconda verde: puede alcanzar 9 metros con un ancho de 30 cm y pesar 200 kilos. Esta especie puede cazar caimanes de 150 kilos e ingerir presas mucho más anchas que su cabeza. Aunque puede atacar a seres humanos, pocos casos han sido documentados. Sus dientes de doble fila permiten inmovilizar a su presa mientras que su cuerpo ejerce una presión de 360 kilos a cada suspiro de su víctima.

 

Para saber más sobre las maravillas de nuestra red ambiental, puede leer el artículo siguiente.

Boicot a los peces de la pesca eléctrica!

 

pesca-eléctrica

Filetes equipados con electrodos… Para desalojar peces planos, como el lenguado, enterrados en el fondo del mar, no hay forma más eficaz que la pesca eléctrica, es lo que nos recuerda Maud Fontenoy.

Electrodos, emiten pulsos que electrifican al pez, lo aturden y lo hacen despegar del fondo. Una ganancia inesperada para la siguiente red y un ahorro de tiempo y energía para los navegantes y su barco. Por ejemplo, en los últimos diez años, la pesca no convencional ha causado revuelo en la mitad meridional del Mar del Norte.

Sin embargo, esta práctica está prohibida en Europa desde 1998 (como en Estados Unidos, Brasil o China) para preservar el recurso. Sin embargo, contrariamente a todas las expectativas, esta prohibición se ha beneficiado de excepciones desde 2007,”con carácter experimental”. Por ejemplo, los países ribereños de la masa de agua en cuestión han obtenido el derecho a equipar el 5% de sus buques con redes provistas de electrodos experimentales.

Pruebas que tienen mucho éxito porque, aparte del hecho de que no se ha llevado a cabo ningún estudio real, parece que hasta la fecha, según las ONG, más del 25% de los arrastreros de varas holandeses están equipados con ellos. Estos últimos argumentan, naturalmente, a favor de un arte de arrastre menos nocivo desde el punto de vista ecológico. La maniobra impediría a los pescadores fregar el suelo con cadenas que destruirían los ecosistemas.

Además, estos barcos consumirían un 50% menos de fuel oil. Recientemente -una noticia alarmante para los defensores de la vida marina-, la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo votó 23 a 3 a favor de un posible desarrollo de la pesca eléctrica y confirmó el principio de extender esta técnica a otras especies de peces más allá del Mar del Norte y más allá del límite del 5%.

Por supuesto, el Ministro francés de Agricultura y Pesca, de acuerdo con los pescadores franceses, solicitó inmediatamente que se mantuviera la normativa vigente sobre pesca eléctrica. Los pescadores de Hauts-de-France acaban de ser unidos, en su lucha por Europa para rechazar la ampliación de esta pesquería, por la asociación Poissonniers de France.

Por ello, este grupo de 6.400 profesionales decidió “boicotear todos los productos del mar comercializados por las naciones que autorizan la pesca eléctrica”. Las cadenas de supermercados “Intermarché” también acaban de anunciar su decisión de dejar de vender productos de pesca eléctricos. Así que, ¿cuántos de nosotros pediremos que se lleven a cabo estudios por fin?

No se puede permitir que los Estados hagan trampa y/o abusen de un derecho so pretexto de experimentación, ni tampoco pueden autorizar una técnica sin tener, desde hace casi diez años, el más mínimo estudio sobre su impacto en el recurso pesquero en general, y en particular en los huevos, los juveniles, o incluso en especies electrosensibles como las rayas o los tiburones.

Fuente : blog de Maud Fontenoy

 

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